Hoy en día es casi imposible entrar en internet, Instagram o cualquier app de deporte sin encontrarte con:
- “planes de entrenamiento para 10K”,
- “programas exprés para media maratón”,
- “rutinas definitivas para empezar a correr”.
A eso se suma la explosión del entrenamiento online de running y triatlón: plataformas, apps, “planes personalizados” y promesas de acompañamiento en cada paso.
Sobre el papel suena perfecto:
pagas, te hacen una entrevista, te explican cómo van a ayudarte, te cargan tus sesiones en una app o en tu reloj de running y plataforma de entrenamientos… y listo, a mejorar.
Pero la realidad de muchos corredores y triatletas es otra:
- una buena venta inicial,
- un plan que puede estar mejor o peor,
- y, a partir de ahí, silencio.
La persona que dio el paso, confió y puso ilusión se encuentra sola delante de un calendario lleno de tareas. Sin acompañamiento real. Sin alguien “al otro lado”.
Este artículo va justo de eso:
cómo elegir un buen plan de entrenamiento online y cómo evitar sentirte solo con un PDF o una app.
1. Mucha oferta no significa mucha calidad
Hay propuestas muy buenas, serias y bien diseñadas…
y otras que son:
- copias unas de otras,
- plantillas rígidas,
- o directamente planes que te pueden llevar al estancamiento o a la lesión si no cuidas fuerza, técnica y prevención de lesiones.
Desde fuera todas se parecen: días, ritmos, kilómetros, un diseño bonito y poco más.
Por eso no basta con preguntar “¿cuánto cuesta?” o “¿cuántas semanas incluye?”.
Hay que ir un poco más al fondo: cómo está construido el plan y qué tipo de acompañamiento real hay detrás.
2. Plan genérico vs plan realmente adaptado
No todo el mundo necesita el mismo plan aunque el objetivo se parezca.
Cómo es un plan genérico
Un plan genérico suele:
- no preguntar (casi) nada sobre tu nivel, historial o lesiones,
- asumir que todo el mundo puede entrenar X días a la semana,
- seguir una progresión estándar igual para todos.
Es una plantilla con tu nombre arriba.
Cómo es un plan de verdad adaptado a ti
Un plan realmente adaptado a ti:
- parte de tu punto de partida: cuánto corres ahora, a qué ritmos, qué puedes soportar,
- respeta tu realidad: trabajo, familia, horarios, días disponibles,
- se ajusta si pasas una mala semana, enfermas, te lesionas o surge algo imprevisto.
No hace falta que cada día sea una obra de ingeniería, pero sí que el plan nazca de ti y se mueva contigo.
Si te dan algo cerrado que no cambia nunca, por muy bonito que sea, es un plan genérico disfrazado.
3. La entrevista inicial: si no te conocen, no pueden ayudarte
Una de las primeras señales de calidad es si hay una entrevista inicial o recogida de información seria.
Como mínimo deberían preguntarte:
- qué objetivo tienes (terminar, mejorar marca, volver tras lesión…),
- qué has corrido ya, desde cuándo y con qué frecuencia,
- tu historial de lesiones o molestias,
- cuántos días a la semana puedes entrenar de forma realista,
- qué otras cargas tienes (gimnasio, otros deportes, trabajo físico, estrés…).
Si alguien te ofrece un “plan personalizado” y no te pregunta nada de esto, no revisa tu historial ni se interesa por tu contexto, no hay personalización posible.
Es justo lo que explicamos también en cómo elegir un buen entrenador personal online de running:
sin conocerte, no pueden acompañarte bien.
4. Evaluación inicial: algo más que “¿cuánto haces en 10K?”
El siguiente filtro es ver si hay alguna evaluación inicial para ajustar ritmos y cargas antes de apretar el acelerador.
Puede ser:
- un test sencillo (un 5K, un bloque progresivo, etc.),
- revisión de tus últimos entrenamientos en Garmin, Strava u otras plataformas de reloj de running,
- una primera semana “de observación” para ver cómo respondes a volumen e intensidades.
Dos personas con el mismo tiempo en un 10K pueden ser muy distintas:
- una con mucha base aeróbica construida a través de rodajes suaves,
- otra más rápida pero con poca resistencia.
Si el plan no se preocupa de ver cómo estás tú ahora mismo, es fácil que se equivoque en:
- volumen,
- intensidad,
- y velocidad de progresión.
5. Estructura y progresión: cómo huele un buen plan por dentro
Cuando miras un plan por dentro, pregúntate:
¿Tiene una lógica clara?
Un plan bien estructurado semana a semana:
- hace subir el volumen poco a poco,
- alterna semanas más exigentes con semanas algo más suaves,
- te lleva paso a paso hacia tu objetivo (no parece un puzzle de sesiones sueltas).
¿Combina distintos tipos de entrenamiento?
Deberías ver:
- rodajes suaves para construir base aeróbica,
- días algo más intensos (series, cambios de ritmo, fartlek),
- sesiones de fuerza específica para corredores,
- algo de técnica de carrera,
- y, si quieres ir un paso más allá, complementos como Pilates para runners para estabilidad y control.
Si todo es “sal y corre 40 minutos al mismo ritmo” o todo son series a tope, algo cojea.
¿Es flexible?
Un plan sano:
- permite mover sesiones si te pones malo, viajas o te cambian turnos,
- se adapta a picos de trabajo o semanas raras,
- no te castiga por tener vida fuera del running.
Si en cuanto fallas un día ya no hay forma de reorganizar nada, el plan es más una cárcel que una guía.
6. La promesa de acompañamiento… y lo que pasa después
Hasta aquí, muchos planes “decentes” podrían pasar el filtro:
entrevista, estructura medio lógica, plataforma bonita…
El problema llega con el acompañamiento, que es donde más se promete y donde más se falla.
Lo que ocurre muchas veces:
- La entrevista inicial es buena, incluso muy buena.
- Se cargan varias semanas en la app.
- Todo pinta serio.
Y luego…
- si tú no escribes, casi no hay contacto,
- tus dudas se responden tarde y con mensajes simplones,
- los comentarios que dejas en las sesiones parecen perderse,
- tu vida cambia (turnos, estrés, sueño, molestias)… pero el plan sigue como si nada.
La promesa de “estaré contigo en el proceso” se convierte en:
“Te mando entrenos y te apañas”.
Es justo el núcleo de lo que contamos en “El gran problema del entrenamiento online: cuando te venden acompañamiento… y te quedas solo”:
los planes pueden estar correctos, pero el deportista se siente abandonado.
7. La soledad del deportista online
Entrenar en remoto puede ser una herramienta brutal si hay presencia y humanidad detrás.
Cuando no la hay, aparece la soledad.
Se nota en cosas muy concretas:
- Terminas una sesión dura y no hay nadie que te diga si era lo esperado.
- Te aparece una molestia y dudas si seguir, parar o cambiar algo… pero no tienes respuesta.
- Tienes una racha mala, fallas entrenos y el plan sigue como si nada. Te sientes culpable.
- Cada vez que escribes, te da la sensación de estar molestando.
Eso se convierte en pensamientos tipo:
- “Da igual lo que diga, el plan va por su lado”.
- “Yo qué sé, haré lo que pueda”.
- “Para esto casi entreno solo”.
Y acaba en:
- “Esto no es para mí”,
- “No sirvo para esto”,
- “Estoy tirando el dinero”.
Muchas personas no abandonan porque sean vagas o inconstantes:
abandonan porque se sienten solas con su plan.
8. Qué es de verdad un buen acompañamiento online
Un buen acompañamiento no es estar disponible 24/7 ni mandar audios eternos todos los días.
Es otra cosa:
- Un canal claro de comunicación
Saber por dónde se habla (app, mail, WhatsApp, plataforma…) y qué puedes esperar. Esto forma parte de la filosofía de PlanMeta. - Revisión real de tus entrenos
Ver si has hecho o no has hecho está bien, pero además hay que leer tus sensaciones, mirar ritmos, pulso y datos de tu reloj de running. - Capacidad de ajustar el plan
Si hay estrés, enfermedad, lesión, viaje o semanas locas, el plan se adapta. Un plan vivo que se ajusta semana a semana vale mucho más que una tabla rígida. - Interés por tu contexto
No eres solo kilómetros: eres tu trabajo, tu familia, tu descanso, tus miedos, tu cabeza. - Mensajes proactivos
No solo responder cuando tú explotas, también preguntar de vez en cuando:
“¿Cómo vas?”, “¿Cómo te estás sintiendo?”, “¿Qué tal han entrado estas semanas?”.
Cuando todo esto está, aparece una frase que lo resume muy bien:
“No estoy solo con mi plan”.
9. Dos checklists sencillas para orientarte
A) ¿Te están acompañando de verdad?
Responde con sinceridad:
- ¿Sabes quién es tu entrenador/a y hablas con él/ella con naturalidad?
- ¿Las respuestas que recibes tienen contenido, o son un “OK 👍” y poco más?
- ¿Has visto cambios en el plan a raíz de lo que tú has contado (cansancio, estrés, molestias)?
- ¿Te han preguntado cómo te sientes últimamente, más allá de los tiempos y los kilómetros?
- ¿Te ves con confianza para decir “no llego”, “me da miedo esto”, “hoy estoy fundido”?
- ¿Sientes que alguien se alegra contigo cuando sale bien y te sostiene cuando sale mal?
Si casi todo es “sí”, vas por buen camino.
Si casi todo es “no”, probablemente estás más solo de lo que debería.
B) ¿Es bueno el plan que tienes delante?
Antes de empezar (o seguir), pregúntate:
- ¿Ha habido entrevista inicial en condiciones?
- ¿Han tenido en cuenta tu nivel, lesiones y disponibilidad real?
- ¿Hay algún test o semana de observación para ajustar ritmos e intensidades?
- ¿La progresión tiene sentido o parece aleatoria?
- ¿Hay rodajes suaves, algo de intensidad, fuerza y descanso?
- ¿Se incluye algo de técnica de carrera y, si hace falta, trabajo de estabilidad como Pilates?
- ¿Puedes comunicar sensaciones con facilidad?
- ¿Tienes claro qué acompañamiento incluye y cuál no?
Cuantos más “síes”, mejor pinta.
Cuantos más “noes”, más se parece a una plantilla bonita y poco más.
10. No se trata solo de correr mejor: se trata de cuidar a la persona
A veces se olvida que detrás de cada sesión hay una persona:
- que se alegra cuando algo sale bien,
- que se frustra cuando algo no sale,
- que tiene días buenos y días malos,
- que arrastra miedos, inseguridades, ilusiones.
El entrenamiento online de running tiene un potencial enorme para ayudarte a correr mejor, pero también a sentirte mejor y vivir mejor.
Para eso, hace falta una cosa muy simple:
que el plan esté bien hecho, sí… pero, sobre todo, que no estés solo con él.
Cuando el mercado se llena de servicios que prometen acompañamiento y entregan solo plantillas, el daño no es solo deportivo, es emocional: te deja con la sensación de que “ni siquiera cuando pido ayuda me la dan como la necesito”.
11. Y ahora, ¿qué?
Si te has visto reflejado en:
- la ilusión del principio,
- la entrevista bonita,
- el calendario lleno,
- y luego el silencio y la desmotivación…
no significa que tú no valgas, que seas poco constante o que “esto no es lo tuyo”.
Significa que necesitas un enfoque diferente, donde:
- el plan esté bien construido planificación semanal, fuerza, técnica, ritmos,
- pero el acompañamiento sea la base,
- no una frase bonita en una página de venta.
👉 A partir de aquí tú decides el siguiente paso.
Solo quédate con esta idea:
No necesitas solo un plan.
Necesitas un plan y a alguien al otro lado.
Ese es el tipo de entrenamiento online que te mereces.





